
Hatha yoga
Es el estilo de Yoga más conocido y practicado actualmente en todo el mundo. Consiste en un elaborado sistema de técnicas que trabajan con el cuerpo-mente para depurarlo, darle armonía y equilibrio. Estas técnicas se basan principalmente en ejercicios posturales (asanas), trabajo respiratorio (pranayama), y técnicas de relajación. El Hatha yoga es una disciplina que puede practicar cualquier persona ya que se aprende a adaptar la práctica en función de la condición de cada uno.
El Hatha yoga nos propone un acercamiento especialmente accesible al aprendizaje del control mental y la sublimación del pensamiento. Que consiste en desarrolladas técnicas de control postural, de la respiración y de concentración, entre otras; con el fin de sanar, nutrir, equilibrar, empoderar y enaltecer los diferentes planos de nuestro Ser. Empezando por el físico.
En nuestro día a día es frecuente lidiar con la fatiga, el dolor, la rigidez, pesadez, o torpeza. A menudo nos sentimos saturados, ansiosos, irritables, e insatisfechos. Son abundantes ya, las personas que, alrededor del mundo, han visto su calidad de vida mejorar sustancialmente gracias al Hatha Yoga. Se propone una serie de ejercicios que trabajan el cuerpo al completo de forma estimulante aportando un mayor vigor y energía, sin irritar ni agotar, generando energía en lugar se disiparla. Las asanas aportan estabilidad al cuerpo, los sentidos, la mente, el intelecto y, por último, la conciencia. La esencia de una asana es un proceso que empieza en el cuerpo y se completa plenamente en la serenidad. En la práctica de yoga los sentidos se aquietan, la percepción se agudiza y el cerebro se calma. Todo esto genera un cambio de conciencia, una predisposición hacia la percepción profunda y el placer, cultiva el desarrollo del sentimiento de amor y gratitud hacia uno mismo y su propio cuerpo.
“El yoga nos ofrece técnicas para ser conscientes, para expandir y penetrar, y para cambiar y evolucionar (...) desarrollar sensibilidad y receptividad hacia la vida. Empezamos al nivel del cuerpo físico, el aspecto de nosotros mismos más concreto y accesible para todos. La práctica de yogasana y pranayama nos permite comprender el cuerpo con una percepción interna todavía más grande, y través del cuerpo llegar a comprender la mente y alcanzar el alma.” B.k.S. Iyengar
Asana (posturas): Las asanas tonifican todo el cuerpo; fortalecen los huesos, los músculos y articulaciones; corrigen la postura mejorando la alineación del cuerpo; mejoran la respiración y aumentan la energía. Hacen al cuerpo y a la mente más fuerte y resistente ejerciendo un impacto positivo en los efectos del estrés y la enfermedad.
Se trata de un ejercicio orgánico centrado en la eliminación de toxinas, actuando directamente en los órganos vitales, fortaleciendo y revitalizando. Aumentan la circulación de sangre fresca por el cuerpo y lo purgan de enfermedades y toxinas. Determinadas asanas estimulan las glándulas para asegurar su correcto funcionamiento, mientras otras calman el exceso hormonal y mantiene el sistema equilibrado. Otras ayudan a controlar el flujo sanguíneo, bien estimulándose o regulando su exceso; Las asanas son ejercicios psico-fisiológicos. Esto quiere decir, que desarrollan la consciencia corporal al mismo tiempo que generan consciencia interior (o interocepción) y finalmente tienen un efecto directo en la mente, que se siente más calmada, estable, ágil y despierta. Se cultiva la precisión y la coordinación junto con la toma de consciencia.
Pranayama (ejercicios de respiración): Las prácticas de pranayama ayudan a calmar la mente y revitalizar el cuerpo. Corrigen los malos hábitos respiratorios y ayudan a la caja torácica a abrirse. Benefician al sistema respiratorio en general y masajea los órganos abdominales (ayudando al sistema digestivo) y el sistema linfático, y reduce la presión arterial. La práctica del pranayama, acompañado de las asanas, ayuda al correcto funcionamiento del cerebro, los nervios y la médula espinal, cultiva el pensamiento claro y reduce el estrés y la ansiedad. La forma en la que respiramos toma un papel esencial en nuestra salud teniendo en cuenta que la mayor parte de nuestra energía corporal proviene de la respiración.
Relajación: En todas las clases de yoga se ejercita la capacidad para facilitar la relajación dentro de uno mismo, junto con técnicas de concentración y visualización. La capacidad para relajarse es un arte que debe practicarse como cualquier otra actividad, por ello es necesaria su práctica regular.
Está ampliamente aceptado hoy en día que la mente y cuerpo están íntimamente conectados; siendo el estrés un factor importante de repercusión en la aparición de la enfermedad, el malestar y la angustia; y que la relajación contribuye hacia un sistema inmune más fuerte.
La práctica regular de la relajación profunda aporta cuantiosos beneficios para nuestra salud y bienestar:
- Promueve la paz y la tranquilidad interior calmando así el sistema nervioso.
- Aumenta la concentración y la claridad mental.
- Mejora la memoria.
- Ayuda a la gestión de la depresión.
- Apoya la función del sistema inmunológico.
- Regula la presión arterial y mejora la circulación hacia los órganos.
- Alivia o reduce los dolores de cabeza.
- Alivia las molestias asociadas con la menstruación, el embarazo y la menopausia.